Miley
estaba soñando. Le daba la sensación de que su cuerpo desnudo y saciado
flotaba a la deriva. Se desperezó, sonriendo, y la voz de Nick la despertó del
todo.
-No
forcejees, cariño, o te me caerás -le dijo él, sonriendo. Abrió los 'ojos y vio
que Nick la llevaba en brazos hasta el cuarto de baño, donde la esperaba una
bañera llena de agua caliente y espumosa.
.
-¿No quieres tomar un baño?
-Sí
-repuso ella con voz somnolienta-. Tenía planeado despertarme antes de meterme
en el agua, pero mi almohada empezó a moverse... .
Nick se echó a reír, advirtiendo de pronto
que se había reído más en los dos últimos días que en los diez años
anteriores.
Miró el cuerpo desnudo de Miley, que se
apretaba contra su pecho. Era vulnerable con él, pensó. Sin embargo, estaba
seguro de que se parecía mucho a él en su carácter decidido e Independiente.
-Despierta
o te ahogarás.
-Pensé que ya me había ahogado y había ido al cielo -replico Miley
con una sonrisa.
No estaba en absoluto sorprendida de estar con
él. Le parecía que había estado soñando con él toda la noche.
-Tenemos que casamos -dijo él.
-Así
que vas a hacer de mí una mujer honrada, ¿eh?
-Tú ya eres una mujer
honrada. La primera que he conocido. Sujétate.
La dejó caer suavemente en el
agua y luego se metió él también en la bañera. Se enjabonaron el uno al otro
perezosamente, disfrutando de las diferentes texturas de sus cuerpos, explorándolos
abiertamente.
-Me siento como un niño jugando a los médicos -le dijo él,
mirándola maliciosamente.
-Supongo que para ti ya no es
ninguna novedad –replicó Miley,
acariciándole el pecho-, pero yo nunca he tocado así a ningún hombre. Me
resulta algo totalmente nuevo.
Nick le llevó las manos hacia
abajo, pero al ver su sonrojo y la expresión de pánico con que le miraba, se
detuvo.
-Vale -dijo-. Todavía sigues
siendo vergonzosa conmigo. No insistiré.
-Las solteronas tenemos
muchos complejos.
-Nos desharemos de los tuyos
antes de que acabe esta semana -prometió él-. ¿Quieres más jabón?
Le dejó que le enjabonara la
espalda. Había algo que le daba vueltas en la cabeza. Le miró con aire
preocupado mientras la aclaraba.
-¿Qué pasa? -preguntó Nick.
-Es algo que dijiste anoche.
Sobre... sobre tomar precauciones. .
-Pierde cuidado. Me pasaré por
una farmacia. Y, cuando volvamos a Estados Unidos, si prefieres no tomar la
píldora, hay una intervención quirúrgica de poca importancia que se hace a los
hombres.
La mirada de horror que le
lanzó Miley le hizo detenerse a mitad de la frase.
. -No quieres
tener hijos nunca, ¿verdad? -le dijo ella.
-¡Maldita sea! -,-exclamó Nick.
¿Por qué habría sacado el
tema? Vio que Miley salía de la bañera Y empezaba a secarse con una toalla.
-Ni siquiera nos hemos casado todavía, y ya estás suspirando por
tener una familia -añadió él malhumoradamente
¿Para qué demonios queremos
niños? Son un vínculo permanente. Una atadura.
-¿Y no lo es también el
matrimonio? –preguntó Miley sombríamente.
-Desde luego -repuso Nick,
cogiendo una toalla-, pero no como los hijos.
-Contéstame -insistió ella-.
No quieres tenerlos nunca, ¿verdad?
-No
-respondió Nick, maldiciendo los recuerdos que le traía aquella discusión-.
Nunca.
Miley volvió a entrar en el dormitorio.
No le conocía en absoluto. Lo primero que iba a hacer era volver a su
habitación y
Olvidarse de él. ¿Cómo iba a
vivir toda la vida sin hijos? ¿Qué clase de hombre era aquél?
Las lágrimas
le nublaron la vista. Se sentó en el borde de la cama, sintiéndose vacía y
sola. Siempre había soñado con tener hijos. Desde los dieciocho años se había
sentido fascinada por las tiendas de artículos para niños, había acariciado las
ropitas de ganchillo, imaginando que tenía a su hijo en brazos. Las lágrimas
rodaron por sus mejillas.
Nick las vio y algo doloroso
estalló en su interior. Le estaba haciendo reproches, pensó agriamente. Soltó
una maldición y, tirando la toalla a un lado, se acercó a la cama.
Cogió a Miley por las muñecas y la obligó a tumbarse.
-¡Nick! -exclamó ella.
Pero Nick le tapó la boca con la suya, aunque sin la violencia
que ella esperaba. Sus labios jugaron con los suyos tan suavemente que apenas
los sintió.' Luego le quitó la toalla.
-Levanta las
piernas -le dijo.
La ayudó a
colocarse, de modo que sus rodillas estuvieron contra las suyas, su pecho
contra su pecho, sus caderas contra sus caderas.
Miley le
miraba como hechizada por la expresión que veía en sus ojos.
-Abre la
boca y bésame como te enseñé anoche -añadió
él, cogiéndomela
cara entre las manos.
Miley le
obedeció, disfrutando de la intimidadle aquel largo beso. Sintió las manos de Nick
en sus muslos y abrió la boca porque le parecía que le faltaba el aire, pero él
aprovechó para hacer el beso aún más profundo. Y aquel contacto la debilitaba,
le robaba la voluntad. Se estremeció cuando Nick exploró su cuerpo, intensificando
el ansia que sentía.
-Ahora, es
cuando de verdad estamos haciendo el amor por primera vez -dijo Nick,
moviéndose muy despacio.
Miley al
principio no le entendió. Y entonces todo empezó a tener sentido. Él era tan
cariñoso, tan exquisitamente delicado, que con cada movimiento despertaba una
nueva sensación de placer en Miley. Ella se aferró a el, queriendo devolverle
toda la satisfacción que le estaba dando. Cuando el clímax se fue acercando, se
preguntó si sobreviviría
-¿Nick?
-gimió. -Lieveling -murmuró él con voz
ronca-. Mijn lieveling, mijnvrouw.
Siguió
susurrándole cosas en holandés, palabras que ella no entendía, pero que le
resultaron tremendamente cariñosas. Le besó en las mejillas, en la boca, en la
barbilla. .
-Sí dijo Nick; levantando un instante la cabeza-.
Sí, así.
Cerró
los ojos y dejó que le besara, disfrutando" al notar la
suavidad de su-boca en los párpados, la nariz los labios.
“Volvió a
abrir: los ojos y leyó en los de Miley la intensidad del deseo que la dominaba.
-Sí -musitó
él-. Ahora va a ser. Ahora... Su tono de voz no cambió, pero sí su respiración.
Se quedó mirando a Miley y empezó a moverse más despacio, más profundamente, de
manera que, aunque la ternura permanecía, la urgencia iba aumentando más y más.
'
A Miley le
estaba sucediendo algo que no acababa de entender. Una ardiente marea le
atravesaba la piel como un millar de agujas diminutas. La tensión era ya
insoportable. Lo mismo que el placer que la embargaba. '
-Creo... que...
-consiguió decir, aferrada a la espalda
de Nick.
--Shhh -dijo él-. Sí, siéntelo. No 'es nada de
lo que haya que 'asustarse, lieveling.
No, no apartes la cara, déjame verte...
Miley sintió suaves explosiones en su interior y,
por un instante, su corazón pareció dejar de latir. Y entonces se echó a llorar
porque todo había sido tan hermoso, tan breve_...
Notó cómo el
cuerpo de Nick se ponía rígido, le oyó pronunciar su nombre..;, '
Ninguno de
los dos se movió durante un buen rato. Miley estaba sorprendida de lo que había
ocurrido. Nick había dicho que-no volverían a hacer el amor hasta que no
estuviesen casados, ¿entonces por qué había hecho aquello? ¿Y por qué de aquel,
modo? Tan delicadamente, con tanta ternura...
. Le
acarició la espalda y Nick levantó la cabeza y se la quedó mirando.
-En mi vida
había hecho el amor con tanta ternura –dijo el acariciándole la cara-. No sabía
que los hombres y las mujeres eran capaces de algo así. ¿Te he hecho daño?
-añadió, borrándole con el dedo la huella de las lágrimas.
-No. Ha sido
todo tan... hermoso.
-Sí. Para mí
también.
Se separó de
ella con todo cuidado. Al cabo de un minuto, volvió al baño y le dijo:
-Será mejor
que nos- vistamos.
Miley se
levantó de la cama, todavía un tanto temblorosa y desconcertada por el extraño
comportamiento de Nick. Él había querido consolada, de eso estaba segura. Pero
el consuelo se le había ido de las manos. Y su manera de hacer el amor...
Mientras se
vestía, se preguntó si estaba haciendo bien casándose con un completo
desconocido. Entonces Nick salió del cuarto de baño y la miró con una sonrisa
en los labios. Se había peinado cuidadosamente y sólo llevaba puestos los
pantalones. Al verle, Miley se dijo que se moría de ganas por llevar su anillo,
con niños o sin ellos.