Miley no estaba segura de
cómo había esperado que fueran los amigos de Nick, pero cuando éste le presentó
a J.D., a Gabby Brettman y a Apollo Blain, la cara que puso debió
Traicionarla
-¡Eh! -dijo Apollo,
estrechándole la mano a Miley-. ¿Qué te había dicho, J.D.? Miley esperaba que
fuéramos como los soldados que aparecen en la portada de la revista
Mercenarios.
Miley se sonrojó y se echó
a reír.
-Bueno, es que hasta ahora
no había visto nunca a unos mercenarios profesionales. En fin, por lo menos no
esperaba veras con la ropa de camuflaje.
-Hombre, eso me supongo
que no -replicó Apollo, soltando una risita.
Ella bajó los ojos
tímidamente.
-Animales -dijo Nick,
abrazando a Miley por los hombros-. Debería daros vergüenza.
-Bueno, es que somos
curiosos -intervino J.D.
-Claro que lo somos -le
secundó Apollo-. Al fin y al cabo, hacía falta toda una mujer para cazar a Nick,
¿no os parece?
-Yo estoy completamente de
acuerdo -repuso Gabby-.
Ven, Miley, échame una
mano en la cocina mientras estos tres hablan de negocios. ..
-Creo que será lo mejor
-dijo Miley-. Al menos sé distinguir mejor una patata de un cogollo de lechuga
que un AK-47 de un UZI. .
Nick le sonrió
cariñosamente.
-¿Qué puedo hacer?
-preguntó Miley, entrando en la cocina con Gabby.
-Puedes contarme cómo lo
has conseguido -exclamó Gabby con una sonrisa radiante-. ¡Nick casado!
¡Sinceramente, J.D. y yo casi nos desmayamos al enteramos!
-Es. Una larga historia dijo
Miley, sintiendo que tenía una amiga en Gabby-. No se trata de amor, ya sabes
-añadió, sentándose en una silla.
Gabby se la quedó mirando.
-Para ti sí lo es. Eso se
ve. ¿Eres feliz Con él?
Todo lo que se podía
esperar. Es muy atento y cariñoso conmigo, y quiere tener el niño, pero no me
puede querer.
Gabby sirvió dos tazas de
café y le tendió una a Miley. Luego miró el reloj del horno de microondas y se
sentó en la mesa junto a Miley. .
-¿Sabes lo de Melissa?
Dani supo instintivamente
a quién se refería.
La mujer que le abandonó.
Gabby asintió.
-Yo no debería saberlo,
pero es que una vez que Nick resultó malherido, le contó toda: la historia
al.D. Nick no lo sabe. J,D. no se lo ha dicho. Esa mujer...
-Me lo ha contado todo
-dijo Miley-. Se quedó deshecho cuando vio que yo estaba embarazada.
-¿Sabías cuál era su trabajo
cuando te casaste con él?
-No. Lo descubrí cuando
unos hombres secuestraron el avión en. el que veníamos de Méjico
-Qué manera tan curiosa de
descubrirlo.
-Sí. Él pensó que podíamos
intentarlo, llevando cada uno nuestra vida, pero yo no acepté Preferí dejarle.
Unas cuantas semanas después descubrí que estaba embarazada. Nick volvió...
-Me acuerdo de la primera
vez que oí hablar de Nick -dijo Gabby-. Martina, la hermana de J.D., había sido
secuestrada por unos terroristas y fuimos a Italia a ocupamos del resto. Nick
era el mediador. J.D.no me lo presentó. Me explicó que Nick Odiaba las mujeres.
-Eso me contó a mí
-replicó Miley, sonriendo-. ¿Cuándo le conociste?
-En la boda, cuando me
casé con J.D. No era en absoluto como yo me había esperado. Al principio me
ponía nerviosa cuando estaba con él. Después le fui conociendo... todo lo que él deja que la gente le conozca.
Hizo una pausa y continuó:
--Me habló de ti la otra
vez que estuvo aquí. Quería saber como me habría sentido yo si hubiese estado
embarazada y l.D no hubiese querido abandonar su antiguo trabajo. Yo me eché a
llorar.
-Ya he llorado bastante
-dijo Miley-. No sé qué hacer.
Comprendo que no tengo
derecho el pedirle que cambie su vida por mí. Pero no. puedo vivir sabiendo lb
que hace. Estoy loca por él, me moriría si le ocurriese algo.
-Eso es lo que yo siento
por l.D. -replicó Gabby-. Te envidio por lo del niño -añadió con una
melancólica sonrisa-.
l.D. y yo lo hemos
intentado... Pero parece ser que no puedo quedarme embarazada.
-Pues yo tengo una amiga
que al principio no se quedaba embarazada -dijo Miley acordándose de 'una amiga
de otros tiempos-. Pero, a los cinco años
de casarse tuvo trillizos y, al año siguiente, mellizos. .
-¡Qué perspectiva tan
maravillosa!
-¿Qué es todo ese alboroto?
-preguntó l.D abriendo la puerta de la cocina-.¿ Vamos a cenar esta noche?
-añadió, dirigiéndose a Gabby.
Ella se levantó y le dio
un beso.
--Sí, claro que vamos a
cenar, pozo sin fondo. Y nos estábamos riendo al hablar de unos trillizos.
-¿Qué?
-Ya te lo contaré después.
¡Vamos a cenar!
Era tarde cuando Miley y Nick
llegaron al elegante apartamento que éste tenía cerca del lago'. Ella no se
había esperado tanto lujo, aquello era algo que subrayaba aún más la diferencia
que había entre cómo vivía cada uno. Durante la cena la conversación había
versado inevitablemente sobre los viejos tiempos y sobre camaradas, a quienes Miley
no conocía. Y después se habló del trabajo que Apollo le había ofrecido a Nick,
y Miley escuchó atentamente mientras lo describían. No era tan peligroso como
lo que había estado haciendo hasta ahora, desde luego.
No había ni la mitad de
riesgo. Tendría que acostumbrarse a ello, pensó y lo lograría si se .lo
proponía.
-No creo que pueda a
acostumbrarme a un trabajo de oficina -le dijo Nick, adivinando sus
pensamientos.
-Sí, ya lo sé.
-Pero lo voy a intentar
-añadió él.
-Yo no te voy 'a pedir
más. Me conformaré con lo que puedas darme. Me... queda muy poco orgullo.
Suspiró profundamente y
añadió:
-Me gustaría irme ya a la
cama, Nick. Estoy muy cansada. -Sí, ha sido un día muy largo. Puedes escoger el
dormitorio que quieras.
Miley se le quedó mirando y abrió la boca para
decir algo, pero cambió de opinión y se dio media vuelta.
-Miley...
-¿Sí? -contestó ella sin
volverse.
-Mi habitación es la
primera puerta a la izquierda. La cama... es lo suficientemente grande para los
tres.
-Si no te importa...
-murmuró ella con los ojos llenos de lágrimas importarme! -exclamó Nick,
acercándose a ella y abrazándola.
La besó ansiosamente,
devorándola.
-¿Ahora? -preguntó él con
voz temblorosa.
-Ahora -gimió ella.
Miley se estremeció de alegría mientras él la
cogía en brazos y la llevaba a su dormitorio.
Dos semanas después Miley tuvo
que volver a Greenville para una nueva revisión médica y para contratar a
alguien que ayudara a Demi en la librería. Nick volvió con ella, aprovechando
que era fin de semana. Pero tenía que ir a Chicago el lunes para asistir a un
congreso.
No me gusta nada tener que dejarte así dijo Nick,
paseando la mirada por el apartamento.
Miley se había convertido
en una parte tan esencial de su vida que le resultaba extraño separarse de
ella.
Ella tampoco quería
aquella separación, pero todavía no te
nía médico en Chicago, y
además, quería asegurarse de cómo iba su embarazo.
-No te preocupes por mí
-replicó, acompañándole a la puerta-. Estaré bien. Las noches se me harán
eternas, pero ya me las arreglaré -añadió en tono burlón.
Nick no sonrió. Le
acarició la mejilla. Era por el niño por lo que se sentía incómodo, se dijo.
Sólo por el niño
-Volveré pasado mañana.
Pasaremos el restó de la semana aquí, poniendo las cosas en orden. Dile a Demi
que he dicho que te cuide
-Sí -repuso Miley,
sonriendo--. ¿No me das un beso de despedida? .
Él la atrajo hacia sí y le
cubrió la boca con la suya. Era como volar, pensó cerrando los ojos y
saboreando sus labios. Volar, flotar. Se le iba la cabeza. Por fin levantó la
cabeza y observó su mirada de adoración. Ahora ya no le molestaba aquella
expresión. Quizá es que se había acostumbrado a ello.
-Pórtate bien -le dijo--.
Y ten cuidado con esos escalones, ¿vale?
-Vale. Adiós.
-Adiós.
Le acarició el pelo y se
marchó. Miley cerró la puerta y entonces
se dio cuenta de que no se había sentido tan sola desde que sus padres la
abandonaron.