sábado, 6 de octubre de 2012

The Duff Capitulo 51 Jemi



Otro silencio embarazoso.
— ¿Por qué estás aquí, Joseph?
—Te lo dije, — dijo él. —Me preocupé. Me estuviste evitando durante la semana pasada en la escuela y cuando te llamé hoy, no respondiste. Pensé que tal vez te había pasado algo con tu padre. Entonces vine para asegurarme de que estabas bien.
Me mordí el labio inferior, una oleada de culpa se tendía sobre mí. —Eso es dulce, — Murmuré. —Pero estoy bien. Papá se disculpó por lo de la otra noche, y está asistiendo a reuniones de A.A ahora, así que…
— ¿Así que no ibas a decírmelo?
— ¿Por qué tendría que hacerlo?
— ¡Porque me importa! —Gritó Joseph. Sus palabras chocaron dentro de mí, aturdiéndome por un segundo. — ¡He estado preocupado por ti desde que dejaste mi casa hace una semana! Ni siquiera dijiste porque te ibas, Demi. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Solo asumir que ibas a estar bien? —.

—Dios, —Murmuré. —Lo siento. Yo no… —
— ¡Me estoy preocupando por ti, y tu estás jodiendo con ese pequeño pretencioso!
— ¡Oye! —Grité. —No metas a Logan en esto.
— ¿Por qué me estuviste evitando? —preguntó.
—No te estuve evitando.

—No mientas —Dijo Joseph. —Estuviste haciendo todo lo que pudiste para mantenerte lejos de mí. Tú ni siquiera me miras en clase y prácticamente corrías a toda velocidad cada vez que me veías llegar. Incluso cuando me odiabas, no actuabas así. Tal vez me amenazaste con apuñalarme, pero tú nunca... —

—Todavía te odio —Le gruñí. — ¡Eres exasperante! Actúas como si te debiera algo. Lamento haberte preocupado, Joseph, pero simplemente no puedo estar contigo nunca más. Me ayudaste a escapar de mis problemas por un tiempo, y aprecio eso, pero tengo que afrontar la realidad. No puedo seguir huyendo.

—Pero eso es exactamente lo que estás haciendo ahora —Siseó Joseph. —Estás escapando.
— ¿Disculpa? —

—No lo hagas Demi —Dijo —Eres más inteligente que eso y yo también. Finalmente entiendo lo que quisiste decir cuando te fuiste. Dijiste que eras como Hester. Ahora lo entiendo. La primera vez que viniste a mi casa, cuando escribimos ese ensayo, tú dijiste que Hester estaba tratando de escapar. Pero todo atrapó a Hester al final, ¿cierto? Bueno, algo te atrapó finalmente, pero tú simplemente estas huyendo de nuevo. Sólo que él — Joseph apuntó hacia mi habitación— es tu escape esta vez. —Dio un paso más hacia mí, forzándome a estirar mi cuello aún más para ver su rostro. —Admítelo, Duffy. —

— ¿Admitir qué? —
—Que estas escapando de mí, —Dijo. —Tu te diste cuenta de que estas enamorada de mí y te echaste para atrás porque te asustaste.
Me burlé como si fuese ridículo — deseando que fuese ridículo — y giré mis ojos, retrocediendo para enseñarle que no podía intimidarme, que no estaba en lo cierto. —Oh por Dios. Supéralo. Eres tan condenadamente dramático, Joseph. Esto no es una maldita telenovela.
—Tú sabes que es cierto.

—Incluso si lo fuera —Grité — ¿qué importancia tiene? Puedes dormir con cualquiera, Joseph. ¿Entonces qué, si me alejé? ¿Entonces qué, si tengo sentimientos por ti? ¡Sólo fui un polvo para ti! Nunca te comprometerías conmigo. Nunca te comprometerías con nadie, pero especialmente no con la Duffy. Tú ni siquiera me encuentras atractiva.
—Tonterías —gruñó. Sus ojos se posaron en mi rostro mientras se movía hacia mí, otra vez.

Estaba tan cerca. Mi espalda estaba pegada a la pared y Joseph estaba solo a unas pulgadas de mí. Había sido sólo una semana, pero parecían siglos desde que habíamos estado en esta clase de proximidad. Un escalofrío corrió por mi espalda mientras recordaba la forma en que sus manos se sentían sobre las mías. La forma en la que él siempre me hacía sentir deseada, incluso llamándome la Duff. ¿Lo hacía? ¿Me hallaba atractiva a pesar del apodo? ¿Cómo? ¿Por qué? — ¿Entonces por qué me llamabas así? —Susurré — ¿Sabes cuánto duele eso? Cada vez que me llamabas Duffy, ¿Sabes qué me hace sentir cómo una mierda? —

Joseph parecía sorprendido — ¿Qué? —Cada vez que me llamas así, —dije, —me estás diciendo lo poco que piensas en mí. Lo fea que soy. Dios, como puedes posiblemente hallarme atractiva cuando me tiras abajo todo el tiempo. —Siseé las últimas palabras con los dientes apretados.
—Yo no… -Sus ojos mirando sus zapatos un momento. Podía decir que él se sentía culpable. Demi, lo siento. —Miró a mis ojos de nuevo. —Yo no quise —.Su mano se acercó buscando la mía.

—No —le corté, alejándome de él. Me deslicé y di un paso lejos de la pared. No iba a dejarme acorralar. No iba a dejar que él tuviera el poder aquí.
—Sólo detente, Joseph. — No importaba si una parte de él me hallaba atractiva. Eso no cambiaba las cosas. Yo era simplemente otra chica con la que él se había acostado. Una entre muchas.
—Yo no signifiqué nada para ti, —Le dije.
— ¿Entonces por qué estoy aquí? —Dijo, girando su cara hacia mí. — ¿Por qué demonios estoy aquí, Demi? — Lo fulminé con la mirada. —Te diré por qué. Tus padres te dejaron solo, así que tú llenas tu vida con aventuras sin sentido. Con chicas con las que tú nunca tendrías algo serio; chicas que prácticamente te adoran, para que ellas no te abandonen. La única razón por la que estás aquí es porque no puedes aceptar la idea de que alguien más se haya alejado

de ti. Tu sensible ego no puede manejarlo y es más fácil hacer que yo te extrañe que hacer que tus padres regresen a casa.
Él estaba sin palabras, sólo mirándome con su mandíbula visiblemente tensa, por unos segundos.

— ¿Acerté, Joseph? —Escupí. — ¿Acaso te entiendo tan bien como tú piensas que me entiendes? — Me fulminó con la mirada por unos minutos, largos minutos, antes de retroceder un paso.
—Está bien —murmuró. —Si es eso lo que quieres, me iré.
—Si, —dije. —Deberías—. Se giró y abandonó la casa. Oí la puerta delantera cerrarse y supe que se había ido. Para bien. Respire lenta y profundamente para aclarar mi cabeza y caminé hacia mi habitación, donde Logan me estaba esperado. 

viernes, 5 de octubre de 2012

The Duff Capitulo 50 Jemi



No. Sabía que eso no estaba bien. No, era que Logan no quería las cosas rápidas. Él era un adolescente después de todo, pero él era un caballero. Un paciente, y respetuoso chico, que no quería cruzar ninguna línea. Y nosotros llevábamos poco tiempo.
¿Eso me hacia una ramera? ¿Por el hecho de que sólo lleváramos cuatro días y que yo ya estaba con él en mi pequeña cama? ¿Lo haría para olvidar a Joseph?
¿O todas las chicas lo hacen?
Vikki se acostó con la mayoría de sus novios en la primera cita.
Aunque la escuela entera pensaba que Vikki era una ramera.
Selena durmió con Zack una semana después de que empezaran a salir.
Selena tenía quince años en aquel momento, y Zack fue su primer novio. Ella era ingenua y estúpida, y no dudó en admitir que fue un gran error.

Pero yo sabía que no me sentiría de esa manera con Logan. Quiero decir, yo era la que estaba presionando esto. Yo quería ir más lejos con él. Porque me gustaba. Porque era dulce y lindo. Porque él no estaba avergonzado de salir conmigo. No podía pensar en una buena razón para no acostarme con él.
Dios, sólo quería dejar de pensar. Lo besé más fuerte, lo acerqué más, tratando de recrear ese adormecimiento mental que sentía antes… con Joseph. Pero no estaba funcionando. No podía dejar de pensar.

Desabotoné el resto de los botones de la camisa de Logan y lo ayudé a tirarla al suelo. Él era algo escuálido, con casi nada de músculo. Selena lo hubiera llamado “flaco chic” o algo así. Tentativamente sus manos comenzaron a levantar la parte de abajo de mi camiseta. Se movía despacio como si esperara que fuera a detenerlo. Me besó, siempre preocupado de que estuviera cruzando la línea. Enganché mi pierna alrededor de su cintura y apreté mi cuerpo contra el suyo.

Sólo Dios sabe cuánto tiempo pasamos besándonos en la cama, sacándonos la ropa al ritmo de un caracol. Estaba sin aliento para cuando tuvo las agallas de sacarme la camiseta y tirarla a la alfombra. Aunque parte de mi, apreciaba su paciencia, no podía evitar pensar. Se tomó el tiempo suficiente.
Podía sentir su mano derecha avanzando poco a poco, como una tortuga, hacia el cierre de mi sostén. A este paso habría sido media noche antes de que se lo quitara, y por alguna razón, me sentía urgente y ansiosa. Quería que lo quitara. Quería sentirme atractiva y deseada. Quería dejar de pensar. Así que lo empujé y me senté, con mis piernas todavía envueltas alrededor de él. Ambos respirábamos pesadamente, mirándonos el uno al otro.
— ¿Estás segura de esto? —susurró Logan.
—Mucho.
Busqué el cierre, pero justo cuando mis dedos alcanzaron el gancho, hubo un golpe en mi puerta.
¿Demi?
Logan y yo saltamos, nuestros cuellos se giraron hacia la puerta que se abría.
Joseph Jonas nos miró, paralizado en la entrada de la puerta.

 —Oh Dios— Murmuré mientras Logan y yo hacíamos un frenético intento por desenredarnos. Se arrastró fuera de mi cama y recogió su camiseta del suelo, su rostro estaba escarlata. Me agaché y cogí mi camiseta. — ¿Joseph, que haces aquí? —Demandé.
—La puerta no estaba cerrada, —dijo él, —No me oíste llamar… Ahora puedo ver por qué. — Sus oscuros ojos grises reflejaban sorpresa, convirtiéndose rápidamente en disgusto, y miraban directamente a Logan.
¿Por qué estaba sorprendido?

¿Porque pensaba que nadie más podía retozar con la Duff?
— ¿Pero qué estás haciendo aquí? —Pregunté, sintiendo una súbita oleada de ira corriendo por mis venas. Me puse mi camiseta y me puse de pie.
—No me contestaste el teléfono —Murmuró Joseph, —Estaba preocupado, pero pareces estar muy bien. —Fulminó con la mirada a Logan por un momento antes de mirarme a mí de nuevo. —Fue mi error—. Ahora era él el que parecía enojado.
Enojado y herido.
No lo entendía.
Miré a Logan. Su camiseta estaba puesta y abotonada, y estaba mirando incómodamente a sus pies. —Oye —Dije. Me miró. —Volveré enseguida, ¿estás bien? —.
Él asintió.
Empujé a Joseph hacia el pasillo con una mano y cerré la puerta detrás de mí con la otra. —Dios Joseph, —Siseé, irritada mientras bajábamos las escaleras. —Siempre supe que eras un pervertido, ¿pero espiarme? Eso es un poco espeluznante.
Asumí que diría algo a eso. Algo arrogante y presuntuoso. O tal vez simplemente me fastidiaría, como siempre hacía. Pero solo me miró, había una expresión seria en su rostro. En absoluto lo esperaba de Joseph.
Silencio.
—Entonces, —dijo al final. — ¿Tú y Tucker están juntos?
—Sí, —Contesté inquieta. —Lo estamos.
— ¿Cuándo ocurrió eso?
—La semana pasada… No es que sea asunto tuyo. —Otro golpe. Otro intento de hacer esta conversación normal.
Pero no pico el anzuelo. —Cierto. Lo siento. —Sonaba tan incómodo. No parecía el tranquilo y confiado Joseph al que estaba acostumbrada. 

Bueno aqui les deje una breve maratón espero les guste la tkm chicas y gracias por comentar mis novelas

The Duff Capitulo 49 Jemi



Logan negó con la cabeza. —Jane Eyre no es Charlotte Bronte. Cumbres Borrascosas es de Emily. Las hermanas son muy, muy diferentes. Sí, “Cumbres Borrascosas” es usualmente considerada una historia de amor, pero no estoy de acuerdo con eso. Es casi una historia de fantasmas, y hay más odio que romance. Cada personaje es atroz, caprichoso y
egoísta… es algo así como ver un episodio de “Gossip Girl” en mil ochocientos. Excepto claro, mucho menos ridículo.
—Interesante—murmuré, disgustada ya que en secreto veía “Gossip Girl” regularmente.

—No es el favorito de la mayoría de los chicos de mi edad, supongo—dijo—. Pero se lee rápido. Deberías leerlo.
—Tal vez lo haga.
—Deberías.
Sonreí y negué con la cabeza. — ¿Estás listo para entrar o qué?
—Absolutamente— Cerró el libro de golpe y se puso de pie—. Tú primero.
Abrí la puerta y lo dejé entrar delante de mí, donde inmediatamente se sacó los zapatos. No es que viviéramos como cerdos o nada de eso, pero nunca nadie había hecho eso en mi casa. No pude evitar estar impresionada.
— ¿Dónde trabajaremos? —preguntó.

Se dio cuenta de que lo estaba mirando y miré a otro lado—. Oh—. Dije casualmente—. Um… ¿mi habitación?
Dios, espero que no piense que soy una acosadora por mirarlo de esa manera.
—Si no te molesta—dijo logan.
—No, está bien. Vamos.
Me siguió escaleras arriba. Cuando llegamos a mi habitación, abrí la puerta despacio mirando rápidamente los artículos vergonzosos (ropa interior, corpiños, etc.) que tal vez estuvieran en el suelo. No había moros en la costa, y recé para que eso no hubiera sido demasiado obvio. Abrí la puerta completamente y le hice un gesto a logan para que pasara.

Lo siento, está un poco desordenado—Dije mirando la pila de ropa desordenada, ropa limpia que siempre estaba al pie de mi cama y traté de no pensar en la última vez que un chico estuvo en mi habitación y como se rió de mi neurótica forma de doblar la ropa. ¿Qué pensaría logan de ello?
—Está bien— logan movió una pila de libros de la biblioteca cuyas fechas de entrega habían expirado en mi silla y los puso sobre el escritorio. Y luego se sentó—. Tenemos diecisiete, nuestras habitaciones suelen ser desastrosas. No sería natural si no fuera así.

—Supongo que no— subí a mi cama y me senté con las piernas entrecruzadas. — Yo solamente no quería molestarte.
—Nada acerca de ti podría molestarme Demi.
Necesité de todo lo que tenía para ignorar cuán cursi sonaba eso. Sonreí de todas maneras y miré mi edredón lila. Nunca recibí tantos cumplidos de una persona, y no era muy buena aceptándolos. Mayormente porque siempre estaba muy ocupada burlándome de lo cursi que sonaban. Pero estaba trabajando en eso.

Y luego, la verdad era que me estaba sonrojando.
Ni siquiera noté que Logan se movió hasta que estuvo sentado a mi lado—. Lo siento—dijo— . ¿Te avergoncé?
—No… Bueno, sí, pero no estoy molesta.
—Mientras sea así.
Se inclinó y me besó la mejilla, pero no dejé que parara ahí. Giré la cabeza y presioné mis labios contra los suyos, justo cuando estaba comenzando a retirarse. No fue tan natural como esperaba. Sus gafas se pegaron en la cara por un segundo, pero intente hacerle creer que no me había dado cuenta.

Sus labios eran tan suaves que me pregunté si usaba bálsamo labial. En serio, nadie tiene labios tan perfectos sin cuidárselos ¿no es así? Él debió de haberse sentido asqueado por los míos, que probablemente estaban escariados.
Pero si lo estaban, no lo demostró. Su mano se movió hacía mi brazo y descansó en mi hombro, empujándome hacia él. Nos sentamos en la cama y nos besamos por unos minutos, pero el sonido de mi teléfono rompió el momento. ¡Demonios!

Y por supuesto, era el mismo tono de Britney Spears. Él que menos quería escuchar en ese momento... parecía gritarme. Logan se separó y miró hacia el suelo donde había lanzado mi bolso. Cuando no me moví, se volvió hacia mí con las cejas levantadas.
— ¿Ignorando a alguien? —preguntó.
—Bueno…um, sí
— ¿Estás segura que no necesitas responder?
—Totalmente.
Antes de que pudiera hacer más preguntas, lo besé de nuevo. Duramente, esta vez. Y aunque él dudo por un momento, me lo devolvió. Busqué a tientas quitarle sus gafas y colocarlas en la mesita de noche, al lado de mi cama, antes de que nuestros brazos se entrelazaran alrededor nuestro en un beso más profundo.

Lo empujé hacia las almohadas conmigo. No había suficiente espacio para los dos en mi cama individual, por lo que él tuvo que recostarse parcialmente sobre mí. Una de sus manos estaba en mi pelo y la otra descansaba cerca de mi codo.
Él no estaba tratando de agarrar uno de mis pechos, no había deslizado sus manos debajo de mi camiseta, y no había tratado de desabrocharme los pantalones.
En verdad, Logan no trató nada riesgoso. Tuve la sensación de que tendría que hacer todos los movimientos yo, como desabotonarle la camisa, y lo hice.
Por un instante, me pregunté si él estaba dudando porque era la Duff. Porque realmente no me encontraba atractiva. A pesar de todos esos cumplidos que me hizo, no se sentía atraído. No como Joseph.

The Duff Capitulo 48 Jemi



El sonido paro, bueno, excepto por el molesto ruido de la cantante pop sin talento de la radio, pero ella estaba muy ocupada quejándose acerca de su novio que la había engañado, como para preocuparse por mis problemas.
— ¿Qué crees que quiera? — Preguntó Selena cuando la canción terminó. Ella sonó un poco amargada.
—Conociendo a Joseph… probablemente un consuelo sexual—me quejé—. No es nada más que eso.

—Bueno, entonces esta bien que no hayas contestado—ella puso mi teléfono otra vez en el porta vasos y cruzó los brazos sobre su pecho-. Porque él no te merece, D. y tú estás con Logan ahora, y él es perfecto para ti, y te trata de la forma en que deben tratarte… a diferencia del imbécil ese.

Parte de mi quería contestarle. Defender a Joseph. Él realmente no me había tratado mal. Quiero decir, sí, al final me llamaba Duffy, lo que me molestaba, pero a pesar de todo, Joseph había sido bueno conmigo.
Aunque no le dije eso a Selena. No dije nada en absoluto. Ella no sabía nada acerca de la última noche con Joseph, había sido mi amigo por 12 horas completas. Ella no sabía acerca de la recaída de papá, o la forma en que Joseph me había defendido. Esas eran cosas que nunca le podría decir.
Ella solo estaba enojada con él porque estaba asustada.

Asustada de que volvería con Joseph y me olvidara de ella y de Miley otra vez. Haber defendido a Joseph no hubiera ayudado mucho.
Logan había ido de cerebrito a héroe en la mente de Selena. Simplemente porque no me había apartado de ella. No estaba pasando cada tarde con él de la manera que lo hacía

con Joseph. Y realmente no quería. Algunas veces eso me asustaba, pero me figuré que era normal. Eso era sano, una relación en la que yo no estaba escapando, a diferencia de lo que tenía con Joseph. Y de momento estaba feliz por pasar algún tiempo con mis amigas.
Miré a Selena y pulsé el desbloqueo automático de su puerta.

—No te preocupes por mí. Tienes razón Logan es genial, y ha hecho fácil que lo olvide. Ya lo he hecho. Las cosas están yendo bien para mí, así que no te preocupes.
—Está bien—dijo—. Dios, bueno, te veré mañana D.
—Adiós.
Ella salió del coche y yo me alejé conduciendo, preguntándome si le acababa de mentir. Honestamente, no estaba segura.
De camino a casa, Joseph volvió a llamar. Lo ignoré.
Porque las cosas estaban yendo bien para mí.
Porque ya lo había olvidado.

Porque hablar por teléfono y conducir al mismo tiempo no era seguro.
Saqué a Joseph de mi cabeza cuando vi el coche de logan estacionado frente a mi casa. Papá no había vuelto del trabajo todavía, así que estaba sentado en las escaleras, de la entrada, con un libro. El sol se reflejaba en la montura de sus gafas, haciendo que se vieran extra brillantes. Como si fueran un trofeo.
Salí del coche y camine y hacía él.
—Hola—dije—. Lo siento tenía que llevar a Selena a casa.
Me sonrió.
No con una sonrisa falsa…
Tenía que despabilarme. No iba a pensar en Joseph. No iba a echarlo de menos. No cuando tenía a logan. El logan, dulce, normal y de brillante sonrisa.

—Está bien—dijo—. Estoy disfrutando del clima. Es muy impredecible en primavera—. Colocó un señalador entre las páginas de su novela—. Esta bien que luzca un poco el sol.
— ¿Bronte? —Pregunté, viendo la portada de su libro.
— ¿Cumbres Borrascosas? ¿No es ese un libro para chicas, logan?
— ¿Lo has leído?

—Bueno, no—admití—. He leído a “Jane Eyre” que es definitivamente feminista. No estoy diciendo que eso sea un problema. Personalmente soy una feminista total, pero es un poco incompleto para un adolescente. 

The Duff Capitulo 47 Jemi



Es el director de tecnología de una empresa del centro, por lo que viene a la tienda todo el tiempo. Una maravillosa familia. Me alegro de oír que su hijo es un chico agradable, también. —Lo es— Le dije. Un sonido vino de arriba, unos pies arrastrándose, y los dos miramos al techo. —Oh—.Papá sacudió la cabeza y me miro. —Casi me olvido de ellas. Han estado sospechosamente tranquilas toda la noche. — Sí — dije —. —Debo ir antes de que Selena tenga un aneurisma. Nos vemos mañana, papá. —De acuerdo — dijo papá. Cogió el mando de la T.V. y subió el volumen.

 —Buenas noches. Yo estaba en a mitad de la escalera cuando papá me llamo otra vez. —Oye, abejorro. Me detuve y me apoyé en la barandilla, mirando hacia la sala de estar. — ¿Sí? — ¿Qué pasó con Joseph? Me quedé inmóvil, sintiéndome que me ahogaba un poco. — ¿Qué? —Tu amigo. El que... estaba contigo esa noche. —Me miró desde el sofá, reajustando sus gafas. —No hablas mucho de él. —No salimos más —Le dije, con esa voz que dejaba claro que no debía hacer preguntas. Todas las chicas adolescentes conocen esa voz y la utilizan con sus padres con frecuencia. Por lo general, la orden tácita es seguida. Mi padre me quería, pero sabía que no debía profundizar en el drama de mi alta experiencia escolar. Era un padre inteligente. 

—Oh... sólo me lo estaba preguntando. Demi La puerta de mi habitación se abrió, y Miley, vestida con pijama color naranja neón, saltó de mi habitación. Corrió hasta la mitad de las escaleras y me agarró por el brazo. — ¡Deja de hacernos esperar! Ven y cuéntanoslo todo. La forma radiante en que Miley casi la empujó sacó la mención de papá sobre Joseph de mi mente. Casi. — ¡Buenas noches, señor Lovato! — Gritó Miley y me volvió a arrastrar a mi dormitorio. Después de unos pasos, mis pies volvieron a subir y recordé que acababa de tener la mejor cita con el hombre de mis sueños. Me sentí sucumbir por la alegría vertiginosa que mis mejores amigas expresaban tan pronto como entré en la habitación. Gritando, saltando, animadas... Tenía derecho a sentirme feliz con esto. Incluso los cínicos merecían una noche libre de vez en cuando, ¿no?

Mi buen humor duró hasta el lunes a la tarde. Quiero decir, ¿Cuál era el motivo para irritarse? Ninguno. Las cosas estaban volviendo a la normalidad en casa. Mis amigas no me habían presionado en semanas. Oh sí, y acabé por tener una cita con el chico perfecto. ¿Quién se quejaría?

—No creo que alguna vez te haya visto tan feliz —observó Selena cuando salíamos del estacionamiento estudiantil. Su voz estaba llena de ánimo, un desafortunado efecto secundario del ensayo de animadoras, y ella saltaba arriba y abajo en su asiento —. Es tan refrescante.
—Dios, Selena me haces sonar suicida o algo así.
—No es eso —dijo —. Es solo que no estas tan amargada como otras veces. Es un buen cambio.
—No soy una amargada.
—Sí lo eres —ella se acercó y me palmeó la rodilla —. Pero está bien, D. Es sólo parte de tu personalidad. Lo aceptamos. Pero no estás amargada ahora, y eso es genial. No lo tomes como un insulto.
—Lo que sea — Sonreí.

— ¡Lo ves! —Chilló Selena —. Estás sonriendo. No puedes parar ¿no? Como dije, estás más feliz de lo que nunca he visto.
—De acuerdo, quizás tengas razón —admití. Era algo así como la verdad. Tenía a Selena y Miley de vuelta. Las cosas estaban bien con papá. ¿Por qué quejarme?
—Siempre la tengo —se inclinó y cambió de emisora de radio era horrible “Los 40 principales”. —Así que, ¿Qué hay de tú y Logan? ¿Algún chisme que valga la pena?

—No realmente. Él vendrá a casa esta tarde.
— ¡Ooh! Ella se acomodó en el asiento y me guiñó un ojo —. Eso suena a algo que vale la pena chismorrear. Habrás conseguido unos condones XL ¿verdad?

— ¡Cállate! —dije-. No es ese tipo de relación, y lo sabes. Sólo vendrá para trabajar en nuestra redacción para Gobierno AP. Es…
Me interrumpí cuando mi móvil, el cual estaba en el porta vasos, comenzó a vibrar fuertemente. Mis dedos inmediatamente se cerraron sobre él. Sabía quien me llamaba, y esos pocos acordes fueron todo lo que necesitaba para arruinar mi tarde.
— ¿Britney Spears? Tienes Womanizer como tono ¿en serio? Oh Dios Mío D, esa canción es del, 2008—Rió Selena. —No dije nada. — ¿No vas a contestar?
—No
— ¿Por qué no?
—Porque no quiero hablar con él.
— ¿Con quién?

No respondí, así que Selena cogió mi teléfono y miró el identificador de llamadas. Le escuché su conocido suspiro. Unos pocos segundos después el teléfono dejo sonar, pero no pude forzar a mi cuerpo a que se relajara otra vez. Me sentía tensa y ansiosa, y no ayudaba que los ojos de Selena estuvieran fijos en mí.

— ¿No has hablado con él?
—No—Dije entre dientes.
— ¿Desde el día que te recogí en su casa?
—Mm-mm
—Oh, D— Suspiró.