martes, 15 de octubre de 2013

Inocencia Capitulo 9




No pudo dormir. Ni siquiera lo llegó a intentar de verdad. Joe había entrado en la habitación cuando supuestamente ella dormía. Se había desecho de su ropa y acostado a su lado ¡Casi desnudo! Aunque estaba en la otra punta de la cama eso no mejoraba la incomodidad de Demi y mucho menos cuando por fin estaba consiguiendo coger algo de sueño el se había enrollado a su alrededor dejándola en la punta de la cama abrazada por ese cuerpo caliente y musculoso y su suave respiración zumbando en su oído. Sencillamente había sido una tortura para ella.

Al levantarse se colocó un vestido azul oscuro con flores rojas que se ajustaba hasta sus caderas y caía un poco más arriba de sus rodillas en hondas. Iba sin tirantes y realzaba su piel pálida en contraste con el oscuro vestido. Al no ver a Joe por ninguna parte y después de desayunar sola por que al parecer todos se habían marchado a la ciudad, decidió dar un paseo por los grandes jardines de la bonita mansión.

Terminó junto a un pequeño lago artificial observando a un ruiseñor cantar, estaba tan concentrada en su canto que no se percató de la presencia de Joe a sus espaldas. 

Demi comenzó a tararear con el pajarito y se sintió como una de esas princesas Disney que solo sabían cantar y llorar por su príncipe azul. La imagen le hizo mucha gracia y soltó una carcajada mientras intentaba alcanzar una de las manzanas que colgaba en el árbol. Era demasiado pequeña como para llegar a la fruta así que su frustración fue aumentando.

Unas manos rodearon su cintura y la hicieron soltar un suspiró.

-Tienes que estirar más la mano e inclinar el cuerpo. - Murmuró contra su oído mientras le enseñaba como ponerse sin apartar su mano de su cintura. La ayudo a inclinarse y Demi no hizo más que ponerse de puntillas. Alcanzó la manzana y tiro de ella soltando un gritito de alegría.

-Bien. - dijo Joe en su oído, pero llegó tarde por que al dejarse caer con cuidado hacía el suelo su tobillo se torció ligeramente y calló de bruces contra el pecho de este.

No se atrevió a levantar la vista hasta recuperar su respiración normal. El la miraba con esos ojos ardientes, deseosos...

-Gra-gracias...- logró murmurar antes de que tomara sus labios con pasión y la apretara a su cálido cuerpo. El beso se torno intenso, posesivo y Demi se vio inmersa en un millón de sensaciones y emociones nuevas que para nada le disgustaban. 

Los labios de Joe se volvieron exigentes y su lengua reclamó la suya. Demi enredo sus dedos en los suaves rizos de su cabello.

-¿Que me has hecho Demi Stone? ¿Me has hechizado? - masculló el contra sus labios y acarició sus caderas de manera provocativa. Por alguna extraña razón que Demi no comprendió la voz de Cassandra resonó detrás de ellos arruinando lo que para ella era un momento mágico.
-Vaya, vaya. Pero si son la pareja feliz.


-Cassandra...- murmuró Joe.- ¿Que haces aquí? - Le espetó a la rubia, mientras apretaba contra su pecho a Demi.

La Rubia hizo un mohin con los labios y taconeó con sus grandes tacones de negros de aguja en las pequeñas piedras del camino.

-Las gemelas querían volver para tomar el té con tu...- carraspeó.- este... prometida.

Joe sonrió y enrolló sus manos alrededor de las pequeñas caderas, haciendo que ella se apoyara contra su cuerpo fornido. Demi podía sentir su aroma y respiración en su cabeza.

-Me parece estupendo que las gemelas quieran conocer a Demi, pero me temo que mi prometida y yo saldremos a visitar la ciudad. - Demi se tensó contra su cuerpo sin comprender a que venía aquel comportamiento tan osco con su familia.

-Las chicas han dejado sus planes para estar con Demi. Sería una falta de respeto.- Masculló Cassandra.
-Perdónanos de mi parte.

-Pero...- Comenzó a protestar la rubia.
- Si no tienes nada importante que decirme, creo que Demi y yo nos marchamos. - Tiró de ella con fuerza y la hizo caminar por el camino, Demi miró de refilón a la rubia que fruncía el ceño y se mordía su labio pintado de rojo putón.
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-Has sido muy grosero. - Protestó Demi de camino a la ciudad, mientras Joe conducía. Él la miró y le regaló una sonrisa torcida.
-No creo que debas meterte en los asuntos familiares.

-Y ahora eres grosero conmigo. - Farfulló enfurruñada.
-¡Vives probándome todo el tiempo!

-¿Que yo hago que? - Exclamó ella mirándolo con los ojos muy abiertos.

-Te metes en asuntos que no son de tu incumbencia, andas merodeando por Mi casa coqueteando con mis hermanos. ¡Crees que no me he dado cuenta!

-¡Yo no coqueteo con nadie! Solo soy amable, parece que no te enteras...- masculló.

-Perdone doña santurrona...
-¡Yo no soy santurrona!

-Eso lo sé perfectamente. Sé quien eres Demi Stone, ¿por que crees que te he contratado?- Demi intentó disimular la tristeza que le causó escuchar sus palabras ofensivas.



-Lo sé, sé perfectamente que soy la put*ta con la que tienes que engañar a tu familia. No lo olvido Joe, lo tengo muy claro. 

jueves, 10 de octubre de 2013

Inocencia Capitulo 8


Demi escuchaba adormilada como Cassandra contaba su maravillosa excursión a Brasil con los millones de hombres que la cortejaron y de lo difícil que era hacerlos comprender a todos lo mucho que quería a su difunto marido.

 Luego paso a las jovencitas que la buscaban para pedirle consejos de belleza y cuando al parecer, por la expresión de su cara estaba llegando a la apoteosis, Demi casi se queda dormida. 

Joe le dio un pequeño golpe en el brazo y ella levantó al instante su cabeza aturdida mirándolo confusa.

Él parecía divertido pero negaba con la cabeza. Se acercó a ella pasando su brazo por encima de sus hombros, Demi pensó que era la posición más intima que había llegado a compartir con un hombre y eso la hizo sentir peor de lo que ya se sentía.

-No te duermas. Puede que Cassandra aburra un poco con sus monólogos pero en unos minutos nos marcharemos y podrás dormir sin problemas. 

- Susurró Joe en su oído y Demi sintió a su corazón latir deprisa. No te hagas ilusiones, la sermoneó su conciencia desde sus gafas de media luna, pero ella prefirió ignorarla.

Joe se levantó de la mesa interrumpiendo a Cassandra en su relato sobre unos hermosos zapatos de Chimichu. Tomó la mano de Demi y la ayudó a levantarse.

-Una historia maravillosa, pero Demi y yo deseamos retirarnos. - Dijo tranquilo y con su rostro impasible. Demi vio a Cassandra fruncir el ceño y fulminarlo con la mirada.

-Aun no hemos dado por terminada la velada, querido. 

Si tu prometida esta cansada puede subir ella sola a su habitación no creo que llegue a perderse. 

- Su lengua venenosa dejó a Demi pasmada, pero logró ver a Joe sonreír ignorando sus palabras hirientes.

-Los dos estamos cansados y deseamos pasar un tiempo juntos. - Dijo relajada y pausadamente mientras con su brazo rodeaba la cintura de Demi. 

- Creo que doy por rematada la cena. Buenas noches. - Y tan tranquilamente salió del salón con Demi a su lado que planeaba mentalmente como escapar de aquel berenjenal.

Al llegar a la habitación Joe rápidamente se marchó a su despacho que curiosamente conectaba con el cuarto. Demi estaba anonadada por la manera en que se comportaban Cassandra y Joe. 

Parecían saltar chispas entre ellos y no en el sentido bueno. Ella parecía desafiarlo hasta lo miraba con deseo mientras el lo hacia con asco y repugnancia.

Agotada de tanta presión familiar, se duchó, colocó uno de los camisones de satén -que no cubrían nada, por cierto- que Joe le había comprado. Se recostó en la cama intentando acomodarse sin que el horrible camisón se levantara y dejara algo a la vista.

 ¿Que les pasaba a los ricos, no les gustaban los camisones largos de animalitos? Harta decidió meterse dentro de la manta que estaba caliente y cómoda y acurrucarse contra la almohada. Cerró los ojos e intentó dormir.

Inocencia Capitulo 7


Nos están esperando.- Dijo el con un tono de voz que dejaba claro que no aceptaba reproches.

Demi asintió con la cabeza un poco desilusionada por la idea de que no se hubiera fijado en ella. 

"Bueno, ¿que esperabas?•" Se quejó mentalmente. Estaba claro que el no creería nada de lo que ella dijera y que pensaba exactamente como todo el mundo, que ella era más bien fea.

Camino al salón él tomó su mano y la enredo en la suya. La miró fijamente y muy serio.

-Por mucho que hayas decidido mostrar tus encantos querida, lamento informarte que no conseguirás nada y más te vale que no lo intentes con ninguno de la sala o tu misma plantaras tu tumba.

Demi se sonrojó de rabia y aparto la mirada rápidamente, ojala pudiera escupirle a la cara unas cuantas verdades para que aprendiera a respetar. 

Tan egocéntrico y seguro de si mismo. ¡Ojala le cayera un rayo! Ay no eso no... se murmuró a si misma, era ese hombre que la sacaba de sus casillas.

Apenas y le dio tiempo a volver a la Tierra cuando ya se encontraban en el salón.

Todos iban perfectamente vestidos, hasta las gemelas con vestidos violetas y el cabello cepillado y recogido en coletas con moños. 

Los hombres llevaban esmoquin y Cassandra, como la había llamado Joe. 

Llevaba un largo vestido negro que se ajustaba extravagantemente a su cuerpo lleno de curvas donde Demi ni sabía que se podían tener. 

Era alta y su cabello rubio caía por sus hombros en hondas perfectas. Le sonreía con sorna y Demi inclinó la cabeza si comprender su mirada.

Nick el hermano menor se levantó de un salto y le tendió la mano sonriendo encantado.

-Déjeme decirle Demi Stone lo hermosa que se ve esta noche.- Esta se sonrojó de sobre manera hasta que sintió el fuerte apretón que le propinaba Joe en el brazo.

Inocencia Capitulo 6


Demi se levantó pronto para poder prepararse, para la cena a la que en realidad no le apetecía ir, pero a la que un hombre, muy sexy por cierto, la había obligado a ir solo por darle un beso y de que ese momento, en el que ella no sabía si besarle o escapar, terminara en todas las revistas y telediarios del país.

Joe Jonas la había tachado de cazafortunas y de prostituta con lo cual sus ánimos no es que estuvieran muy bien. 

Intentando sentirse mejor se dio una ducha y preparo para bajar. 

Se colocó uno de los vestidos que venían en la maleta que Joe le había dejado.

Era de color verde coral, con pequeñas perlas plateadas incrustadas, se apretaba contra su cuerpo y resaltaba sus delgadas y mínimas curvas, el escote iba en uve y dejaba entrever sus pequeños pechos.


Se maquilló minuciosamente los labios con un brillo transparente que dejaba que el color natural de estos resaltara, un poco de pestañina y se pellizcó las mejillas como en la edad media para darles un poco más de color. 

Su cabello estaba recogido con una pequeña pinza de color verde y algunos mechones rebeldes escapaban y realzaban su rostro.

Demi se observó en el espejo y frunció el ceño. Los hermanos de Joe habían sido muy amables en llamarla "hermosa" pero ella no se consideraba así, tal vez fuera mona, o hasta un poco de linda, pero hermosa, no.

Su madre le había dicho desde pequeña que la familia Stone era fea, que dejara de intentar en destacar.

 No había aprendido su lección hasta que Ryan Less la había invitado a salir solo para que las animadoras le lanzaran globos de pintura.

Desdé entonces había dejado de intentar parecer guapa o siquiera mantener una amistad con un hombre, era extrovertida y nada tímida, pero su falta de tactos a veces le hacían meterse en problemas como en el que se encontraba ahora.

Ojeó su cabello y soltó un suspiro de resignación, era demasiado rojo, demasiado rizado, demasiado largo, demasiado, demasiado...

El golpe de la puerta la sobresalto, al girarse lo vio. Estaba apoyado en ella, con unos pantalones negros, con una camiseta blanca que se adhería a su cuerpo como una segunda piel y resaltaba su fuerte pecho y sus brazos y destacaba su cintura estrecha.

 Con su cabello negro cayendo desenfadado sobre su frente y resaltando sus rizos. Su mirada era impenetrable.

Un Tío Malo capitulo EPILOGO

Seis años después, Demi y Joe  estaban de viaje de su luna de miel por Hawai. Eran pasadas las nueve de la mañana cuando Joe estaba tendido en la arena, con el torso desnudo y los ojos cerrados, disfrutando de la calidez del sol. 

Tenía el mar frente suyo. Lo que más le gustaba era poder oír el sonido del mar romper contra las olas. Sentía una enorme felicidad en su interior, y eso sólo ocurría en las mañanas al despertar y encontrar a Demi a su lado.

Demi apareció en la puerta de la cabaña. Joe abrió los ojos y se inclinó para verla y admirar la hermosa imagen de su ahora, esposa. Se veía adorable con las mejillas sonrojadas, y el pelo alborotado cayendo por encima de sus hombros. Le encantaba la imagen que tenía de ella después de haberle hecho el amor.

- Joe.- dijo ella, con una voz suave que a Joe le pareció de lo más seductor.- levántate de ahí, alguien te puede ver.

- No lo creo. Es muy temprano aún.- estiró su mano hacia ella.- ven aquí y hazme compañía, amor.

Ella obedeció y caminó hacia él. Se sentó a su lado, mientras Joe pasaba un brazo por sus hombros y la acercaba más a él. La besó. Ella sonrió.
- Me encantas.- susurró.- te amo.

- Aww.- dijo, rozando su nariz con la suya.- y yo a ti.
Joe le tomó la mano y la alzó. Besó el anillo de oro puro que adornaba su dedo anular.

- Ansiaba tanto que llegara el día de la boda.- dijo, con un brillo especial en los ojos.

- Yo también.- sonrió.- ¿Sabes? papá llamó ayer.- dijo, mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Joe. Él le acaricio el pelo.
- ¿Y que dijo?

- Dijo que la mudanza ya estaba casi lista. Tendremos nuestra casa la próxima semana.

- Me alegra oír eso, nena.- sonrió.- ¿Te acuerdas cuando Erik y Mónica salían y nosotros aprovechábamos ese tiempo para estar juntos?
- Ni me lo recuerdes, el susto que pasábamos después…

- Pero valía la pena correr el riesgo, todo por estar contigo.- susurró, besando el lóbulo de su oreja. Un estremecimiento recorrió a Demi.- lo único que esperaba era poder tenerte junto a mí, juntos, por siempre.

- Bien, porque yo tampoco planeo alejarme de ti por un laaaargo tiempo.- se río.

- En ese caso, ven acá y bésame.- ordenó él roncamente.

Demi se inclinó y mientras lo besaba, Joe supo al fin que había encontrado la paz.

Un Tío Malo capitulo 35

Erik se quedó inmóvil mientras veía a Demi caminar hacia el embarque del avión. Y el mundo se le cayó al piso. 

¿Qué le había dicho su hija? Por supuesto que la quería. La amaba tanto que hasta lo asustaba. 

Siempre había planeado una vida perfecta para ella. Había conseguido inscribirla en la mejor escuela de la ciudad, y lo único que quería era que fuese una chica inteligente y que tuviera un buen futuro. Pero todo había salido mal.

Entonces reacciono. Oh, que ciego había sido. Joe y Mónica tuvieron la razón todo el tiempo, él era muy duro con ella y merecía algo mejor que una buena escuela y un buen futuro. 

Corrió hacia Demi y la alcanzó antes de que subiera al avión. La cogió del brazo mientras la volteaba y la alejaba de la multitud.

- No vuelvas a decirme eso.- la voz se le quebró.- te quiero, Demi. Eres mi hija y no permitiré que vuelvas a hablarme de esa forma, ¿Me entiendes? Ahora muévete, nos volvemos a casa.

Los ojos de Demi se abrieron completamente y brillaron de una manera especial que a Erik le conmovió.
- ¿De verdad?

- Si, y más te vale quererme de la manera en que yo te quiero, o lo lamentaras.

Erik abrió los brazos y la abrazó. Demi le correspondió el abrazo enrollando sus brazos alrededor de su espalda. 

Era una sensación tan hermosa que ya había olvidado lo que significaba un abrazo de parte de su padre, y se sentía fantástico. Mientras se seguían abrazando, Demi sintió que al fin su padre la quería.

Joe bebió de su Red Bull una vez más. Otra lágrima cayó de sus ojos. Basta, llorar es para nenazas. 

Pero es que Demi lo había hecho débil, y joder, cuanto la extrañaba. Había llorado tanto que pensaba que se iba a deshidratar. La ausencia de Demi en la casa era algo que no se podía ignorar, y la necesitaba. Demasiado.

- ¿Joe?- la deliciosa melodía de una mujer llenó sus oídos. Y supo al instante de quien se trataba.

Se giró. Y la vio ahí, parada a mitad de la sala. Tenía una mochila en el hombro, y Erik estaba detrás de ella quien le sonrió débilmente. 

Demi se acercó hacia él con una rapidez que no vio y se lanzó a sus brazos. Joe la estriñó fuerte contra él, cerró los ojos y nuevas lágrimas cayeron, pero esta vez por felicidad. Demi lo hacía feliz.

- ¿Estas llorando?- preguntó ella, limpiando suavemente su rostro con las manos.

- Por ti. Todo es por ti, Demi.
Y la besó. No le importó que Erik estuviera ahí, lo único que quería era poder besarla. Besarla y decirle cuanto la amaba.

- Te amo, te amo.- repitió él sobre sus labios.- tú me haces feliz, Demi. Por favor, no te vuelvas a ir de esa forma.

- No lo volveré a hacer. Te lo prometo.- rozó su nariz con la suya.- te amo. Mucho.

Erik apreció detrás de ellos. Tenía a Mónica rodeada de la cintura mientras trataba de decir algo, pero al parecer se le hacía difícil de explicar.

- Vamos, mi amor.- dijo Mónica, besándolo en la mejilla.- diles.
- Bueno.- los miró a ambos.- les debo una disculpa a los dos. Yo… eh, me comporté como un idiota ayer. Y después de todo, tienen todo el derecho de estar juntos. Así que, ámense.

- ¿Hablas enserio?- dijo Demi, con los ojos brillosos. Ya no faltaba mucho para que se echara a llorar de la felicidad.

- Claro que sí, cariño.- le sonrió.- te quiero, y si con Joe eres feliz, entonces no me interpondré en su camino.

- Gracias, Erik.- dijo Joe, con una estúpida sonrisa en el rostro. Y es que no había parado de sonreír como imbécil desde que Demi volvió.
- No tienes que agradecerme nada.
Demi miró a Joe de una forma que lo estremeció.

- Ahora que todo está bien, ven aquí y dime cuánto me amas.
Joe sonrió y su cara se puso seria mientras el amor que sentía por ella lo consumía por dentro.

- Te amo, Demi. Y eso nadie lo cambiara jamás.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Un Tío Malo capitulo 34




Joe salió de su habitación. 

En la casa lo único que se oía era el silencio. Asomándose por el pasillo, vigiló que Erik no estuviera por ahí para ir al cuarto de Demi

La noche anterior Erik le había gritado y escuchó palabras de él que jamás pensó que oiría. Joe se había tentado en insultarlo también, pero se contuvo y mantuvo la compostura. 

Mónica había tratado de tranquilizarlo, pero el dolor y la decepción que sentía por su hija era algo que nadie podía reparar.
Joe?- la voz de Mónica lo sobresaltó, antes de que pudiera girar la manilla de la puerta.- ¿Qué haces?

- Sólo quiero ver por un segundo a Demi.

- Joe…- susurró, con un tono de tristeza en su voz. Se acercó hacia él.- Demi se fue.

- ¿Qué?

- Demi se fue.- repitió.- Erik se fue temprano con ella al aeropuerto, antes de que despertaras.

A Joe se le aceleró la respiración. El corazón le latió con violencia, mientras trataba de entender las palabras de su hermana. Sin pensarlo dos veces abrió la puerta de la habitación, pero en vez de encontrar a Demi se encontró con la cama hecha. Intacta. El pecho se le cerró.

 No sabía que hacer o que pensar, pero lo único que sabía, era que Demi se había ido.

Erik y Demi caminaron por el aeropuerto. Erik miró a su hija. Dios, se le veía tan bonita y a la misma vez tan frágil. 

Era la réplica idéntica de su madre, y daría cualquier cosa por verla feliz. Mónica lo había insultado de todas las maneras que conocía cuando le dijo que se llevaría a Demi fuera de la ciudad, y cuando había discutido con Joe, se le destrozó el alma. 

Ellos dos le habían dicho cosas que jamás pensó que escucharía, y de repente, sintió que la culpa lo carcomía por dentro. Daría su vida por ella. Lo único que quería era protegerla y que fuera una mujer exitosa en su vida. Miró a Demi enfadado.

- Te quedaras en Tennessee con tu abuela las últimas dos semanas que te quedan de vacaciones. Y ni se te ocurra empezar a salir con chicos todavía. No quiero oír ningún problema después, ¿Entendiste? Te portas bien.

Demi miró hacia delante, con los ojos fijos en el avión que tenía al frente. Agarró firmemente su mochila en el hombro. Era tan preciosa y no se merecía todo el dolor por el que estaba pasando ahora, y eso a Erik le dolió en el corazón.

- De vuelta a clases, estudiaras todos los días.- le dijo con brusquedad.- y retomaras tus clases particulares. Yo mismo me encargaré de eso, ¿Me escuchaste?

Demi se volteó a verlo. Sus ojos se clavaron en él con una intensidad que lo congeló.

- Te odio.
Sus palabras fueron como una daga directo a su corazón.
- No sabes lo que dices, cariño.

 Ojala nunca hubieses sido mi padre.
 Demi...

- No entiendo como mamá se pudo enamorar de un hombre como tú.- dijo, su voz fría y seca. Su cara se mantenía inexpresiva mientras pareciera como si dijera esas palabras con naturalidad.- siempre traté de que me quieras, pero ahora me di cuenta de que ese fue el error más grande que cometí. Tú NO me quieres.

- ¿Pero qué estupideces dices, Demi? Por supuesto que te quiero. Lo sabes.

- No, jamás me quisiste. Siempre fui una pérdida de tiempo para ti. No tienes de que preocuparte, lograste quitarme lo que más amaba en este mundo y ahora no te molestaré mas.- suspiró y miró hacia el avión.- espero que lo pases bien, y dile a Joe que lo quiero.