—No voy a volver.
Sus hombros se hundieron.
—Sé que he cometido muchos errores, —dijo—. Déjame que te lo
cuente. Hasta hace un par de semanas, pensé que, todavía, estaba enamorado de mi
ex esposa.
Tuve que volver a verla para darme cuenta de que era una ilusión. Después
de estar contigo, Betty me resultaba demasiado dura.
—No lo entiendo.
—¿No? —dijo suspirando—. Bueno, Demi, supongo que hice la
idolatré después de que se fuera. Miraba tan lejos que no me daba cuenta de lo
que tenía cerca.
—Pero tú no has actuado como alguien que no estaba enamorado de
su ex esposa, —le recordó cuando, en un momento de ira, recordó todas las cosas
dolorosas que le había dicho.
—Solo necesité pasar dos semanas en Corpus Christi para curarme,
—dijo dándose la vuelta. Se inclinó hacia adelante con sus los brazos apoyados en
las rodillas y mirando al suelo—.
Betty es superficial, —dijo, echando un
vistazo a Demi—. Superficial, egoísta y mimada.
He estado tanto tiempo alejado
de ella, que se me había olvidado. Se me rompió el corazón cuando me di cuenta
de que te fuiste porque pensaste que quería Betty en vez de a tí. Siento mucho
todo lo que ha pasado.
—No puedes evitar querer a otra persona…
—Te quiero a ti, Demi, —dijo con una curiosa sonrisa.
Agarró sus manos que las tenía apoyadas en su cintura.
—Tú solo te estás aprovechando de la situación, ¿no? Sabes lo del
bebé y lo que siento por ti y me tienes lástima.
Su corazón dio un salto.
—¿Qué es lo que sientes? —le preguntó.
—Sabes que estoy enamorada de ti, —dijo ella, evitando su mirada
penetrante—.
Lo estoy desde que tenía diecisiete años.
Su corazón ya no saltaba, se había parado. Apenas podía
respirar. Sin duda se había quedado sin palabras.
Ella se encogió de hombros, pensando que su silencio era de pena
por ella, porque no tenía nada que darle—. ¡Qué vergüenza!, ¿no? Era todavía una
niña.
No podía dejar que ni siquiera los niños me besaran, porque me quedaba
pensando en tí. He vivido como una monja todos estos años, esperando y
esperando, y tiene que suceder así… te sientes obligado a casarte justo cuando tu
ex mujer es libre de nuevo.
Nunca supo que ella lo amaba. Sabía que lo quería, que era una
cosa totalmente distinta. Se quedó sorprendido por un momento y, a
continuación, abrumado, encantado.
—Lo siento, —dijo con un largo suspiro—. Creo que ambos estamos
atrapados.
—Necesitarás alguna ropa de pre—mamá, —comentó, aclarándose la
garganta—. Cosas de ponerte cuando demos fiestas.
Después de todo, soy un
hombre rico. No queremos que la gente piense que no puedo permitirme vestirte
apropiadamente, ¿o sí?
Ella frunció el ceño.
—No estoy diciendo que vaya a volver…
—Podemos convertir la habitación de huéspedes en un cuarto para
el niño, —continuó él, como si ella no hubiera hablado—.
Está al lado de la
habitación de matrimonio, y podemos dejar la puerta abierta por la noche. También
tendremos monitor, —añadió pensativo—
. Así que si el bebé tiene algún problema
durante la noche, sonará una alarma junto a nuestra cama. O podríamos contratar
a una enfermera para los primeros meses. ¿Te gustaría?
Estaba haciendo planes en voz alta.