— ¿Y bien?—Joseph se dejó caer en el sillón de
cuero de su padre y sin importarle mucho el cuidado de sus muebles, subió los
pies sobre el escritorio de roble.
El estudio se encontraba en
penumbras y dudaba mucho que Darius fuese a fastidiarlo en ese momento. Mas
sabiendo que no estaba de humor para oír quejas.
—He puesto a Martin a
investigar—Eso no lo sorprendió mucho, sabía que Josh no iba estarse con
vueltas tratando de encontrar amablemente al responsable. —Tendrá que rebuscar
entre los mensajes, email y llamadas telefónicas que realizó la revista el día
de ayer. Quien sea que les vendió las fotos tuvo que ponerse en contacto en
algún momento y te aseguro que Martin sabrá localizarlo.
—Bien—murmuró satisfecho.
Sabía que su amigo encontraría al
responsable, tenía plena confianza en sus capacidades de infiltrarse en
cualquier cuenta o software, lo único que lamentaba era haberle pedido que le
quitara el bloqueo al correo de Demi.
Internamente dudaba que ella
fuese tan estúpida, como para usar su correo electrónico y ponerse en contacto
con la revista, pero podía ser posible y si ese había sido el caso, él podría
haberlo evitado. Pero no lo hizo, porque cuando ella supo que la estaba
bloqueando se había cabreado y Joseph
había querido un nuevo comienzo, limpio.
Quería que confiara en él y ahora
debía vivir con las consecuencias de su estúpido deseo. Eso claro, si es que
ella había sido la responsable.
Pero es que ¿había otra opción?
Las personas que conocían su identidad en la conferencia eran todos conocidos
de Demi. Y si volvía la mente al pasado,
recordaba claramente que ella lo había besado. Aun estando enfadada por lo de
Ann, ella lo había besado.
¿Podía ser que solo estaba siendo paranoico? ¿O
cabía la posibilidad de que ella se las hubiese jugado, como método de
venganza? Ambas opciones tenían su peso y ambas opciones lo traían de las
pestañas. Parte de él quería creer que ella no le haría algo así, mas sabiendo
cuanto odiaba la comercialización de una imagen en pos de mayor fama. Él se
valía de su talento, no caía en las tretas estúpidas de promocionarse a sí
mismo para ganar adeptos.
— ¿Cómo esta Demi?—Josh lo obligó a enfocarse en
lo que realmente importaba.
No Demi y su estado de ánimo, no Demi y la posibilidad de que fuese
una embustera. Tenía que pensar en su carrera y aparentemente en su imagen a
partir de ese momento.
La gente ya sabía quién era, adiós al anonimato. La
gente sabía que tenía algo con su colega, adiós a la privacidad o a intentar
descubrir que era ese “algo”. La gente ahora quería saber más de él y tenía un
bonito grupo de reporteros en su culo, listos para llevar a cabo la tarea de
investigación. Era atención que no necesitaba y que no quería.
—Disfrutando de las comodidades
de la casa—respondió taciturno.
— ¿Descubrió la bañera del
segundo piso?— Joseph soltó un
leve gruñido de asentimiento.
Todo mundo parecía tener una
debilidad por esa bañera, su padre la había mandado a hacer con unas medidas exorbitantemente
exageradas. Y siempre que alguien lo visitaba, lo primero que él hacía era
persuadir a esa persona de tomar una ducha, por supuesto sabiendo la reacción
que tendría al toparse con su monumental bañera. El hombre estaba más orgulloso
de su bañera que de él y su hermana juntos.
—Voy a retenerla aquí, hasta que
sepamos quien fue—El silencio del otro lado de la línea, le dio a entender que
Josh no compartía del todo su plan.
— ¿Piensas que ella lo
hizo?—inquirió con un visible tono de duda.
—Si no fue ella, fue alguien que
ella conoce.
—Maldición Joseph, no creo que sea así. Demi no parece esa clase de personas
y…
—Dime algo—Lo interrumpió— ¿Qué
tanto se beneficia ella de esto?—Josh soltó un suspiro de derrota.
—Bastante—respondió a regañadientes.
— ¿Qué tanto me beneficio yo de
esto?
—No mucho, pero…
—No, escúchame. Si tan solo lo
vieras objetivamente, ella está obteniendo la atención necesaria para que todos
volteen sus ojos hacia nosotros. ¿Por qué? Es un truco publicitario, es obvio.
—No tienes que explicarme esto
amigo, yo soy tu agente. Pero por un segundo piensa que tal vez ella no sabía
nada del asunto.
—Tal vez. Pero también tal vez
ella ayudo a orquestarlo todo y ahora tengo este curioso detalle adornando mi
jardín delantero.
—La prensa también está en su
casa.
—Sí—exclamó irónico—No dudo que
quisiera dar su versión de los hechos, es necesaria le prensa allí también.
—Joseph, sé que todo en tu cabeza cierra con una lógica exacta.
Pero tienes que darle el beneficio de la duda, estoy seguro que esta mañana no
estabas siquiera pensando en el libro o en su trabajo. Estoy casi seguro que
solo estabas al pendiente de ella. —Cierto, pero luego aparecieron los
reporteros y las cosas no pudieron terminar peor.
¿Estaba justificándose? ¿Por qué
se justificaba a sí mismo? No se iba a engañar diciéndose que no le gustara Demi, incluso en ese momento tenía
ganas de subir hasta esa bañera y
hacerle tantas cosas que no eran adecuadas para el horario. Pero también estaba
lo otro, la posibilidad de que ella lo hubiese apuñalado por la espalda. Porque
era posible ¿cierto?
—No sé qué pensar—Suspiró,
bajando los pies al suelo.
—Lo sé, pero analízalo un poco.
Si Demi tuvo algo que ver ¿no piensas
que tal vez en este momento se arrepienta? Digo, cuando entré en tu casa esta
mañana, yo no vi a una mujer maquinando una forma de traicionarte. Vi a una
mujer a la que realmente pareces gustarle…—Joseph se quedó mirando un punto pequeño en la alfombra, las
palabras de Josh aún estaban haciendo eco en su mente.
—No digas idioteces—Lo acalló,
finalmente encontrando su voz. ¿Qué demonios le pasaba?—Estas confundiendo
atracción con gusto, apenas si le agrado.
Y le había costado mucho más
trabajo de lo usual agradarle. De acuerdo su relación no había iniciado de la
forma más convencional y Joseph
cuando era obligado a algo, normalmente se mostraba reacio. Pero mientras el
tiempo fue pasando, descubrió que en realidad ella sí le gustaba. Como persona,
como amiga, como ser humano con el cual deseaba hablar y conocer.
Tenía la leve
impresión que a ella le tomó más trabajo verlo bajo una nueva luz. Y a decir
verdad parecía que por cada paso que daban lejos de las sombras, retrocedían
diez por mero capricho. Pero en algún punto arbitrario entre sus idas y
venidas, ellos realmente habían encontrado un equilibrio. Tras las bromas y el
sarcasmo, se llevaban indirectamente bien. No eran los mejores amigos, pero
tampoco eran solo camaradas. ¿Qué demonios eran entonces?
—Bien, cabeza hueca. Yo soy el
que confunde las cosas, pero por el bien de la casa de tu padre, abstente de
andar señalando acusadoramente hasta que tengamos algo en concreto.
— ¿Y qué hago?
—Sé que algo vendrá a ti—Una nota
de humor decoraba su timbre—No parecías necesitar mi ayuda antes y creo que muy
en lo profundo, sabes cómo manejar a Demi.
— ¿Qué estás diciendo?—preguntó
repentinamente interesado.
—Digo que se atrapan más moscas
con miel que con vinagre— Joseph
puso los ojos en blanco, tratando de pasar por alto ese comentario tan trivial.
—Si ella sabe algo, tal vez te lo confíe—rió sin poder evitarlo.
— ¿Estas de juego? Si ella sabe
algo te aseguro que la llevare a juicio por complicidad.
—A eso es a lo que me
refiero—dijo él cansinamente—Con esa actitud no obtendrás nada, gánate su
confianza. Bajo la superficie de mujer inteligente, profesional y mordaz, ella
sigue siendo mujer. Tú sabes cómo hacerlo…
—Josh ¿Es mi impresión o acabas
de decime que me porte mal?
—Yo solo digo que mientras Martin
hace su investigación, tú podrías intentar encontrar respuestas por tu parte.
—Entiendo—Espetó, realmente
comprendiendo hacia donde apuntaba su agente y no pudo negar que le gustaba la
iniciativa de ese hombre. —Bien, llámame cuando sepas algo.
—Claro.
—Adiós.
—Joseph.
— ¿Si?
—Compórtate.
—No prometo nada.