martes, 2 de julio de 2013

Mi Adorable Rebelde capitulo 27




Mamá, no hice más que darle las semillas dijo Joseph en tono sincero. Había abierto mucho los ojos. Cualquier chico sabe que eso los hace parecer más francos.

El tema es dijo papá con suavidad que la policía graba las llamadas anónimas.
¿De veras? preguntó Joseph muy nervioso. Su taza de café se balanceó sobre el plato.

Así es dijo papá . De hecho, dos detectives acaban de estar en esta misma sala hace treinta minutos. Me hicieron escuchar la cinta y me preguntaron si conocía a la persona a quien pertenecía la voz.

Mamá y yo tosimos al unísono y luego, rápidamente, borramos nuestras sonrisas con las servilletas. Hacía treinta minutos, los detectives Kaminsky y Marcus estaban jugando al tenis de mesa con Anne y Liz. 

Aunque eso, por cierto, había sido digno de verse, no fue muy dramático. Y por cierto nadie había escuchado una cinta que ni siquiera fue mencionada.

De modo que continuó mi padre , sí bien estoy seguro de que Joseph creía de veras que las semillas que le dio a la señora McCracken eran de geranio

tuve una súbita visión de la señora McCracken, ajena a todo, regando con amor su macetero, y casi me hecho a reír , el hecho es que Joseph luego llamó a la policía e informó que se estaba cultivando marihuana en un edificio escolar… Bueno, ahí está la contradicción.

¿Qué dijeron los detectives? quiso saber el doctor Conner, el número Uno. Sus labios estaban apretados en una delgada línea blanca. ¿Van a presentar cargos?

En realidad, no lo tranquilizó papá . Pero en lugar de eso, debemos pagar una multa.

¿De cuánto? preguntó el doctor Conner con cautela.
A pesar de que había otras cuatro personas en la habitación, oí que Bruce, ansioso, tragaba saliva.

¿Alguien quiere más café? ofreció mamá con si típica indiferencia en los momentos críticos.

No, gracias dijo el doctor Conner. Conner Dos meneó la cabeza.
Mi padre dirigió una breve mirada a mi madre, luego volvió hacia los Conner.

La multa es de doscientos dólares.
Ya veo dijo el doctor Conner.

Hubo un largo silencio. El ambiente de tensión que había en el cuarto podía cortarse con un cuchillo. Joseph permanecía sentado, con las manos cruzadas sobre las rodillas. Yo estaba deleitada. 

¡Por fin alguien le iba hacer pagar algo a Joseph Conner! Parecía demasiado bueno para ser verdad.
Bien. El doctor Conner se volvió hacia su hijo. ¿ Joseph? ¿Tienes alguna idea de cómo se va a pagar esa multa?
No dijo Joseph, apesadumbrado.

En realidad, yo sí tengo una idea intervino mi padre.
Lo miré sorprendida. Estaba estudiando su bol Vacío.

Tuve un otoño muy agitado continuó En consecuencia, no tuve tiempo de hacer todo el trabajo de jardinería que me habría gustado. Tengo árboles que necesitan ser podados, hojas que hay que rastrillar y, además, autos que requieren lavado.  

Tuve una horrible sensación en la boca del estómago.
Joseph pudiera invertir unos cuantos fines de semana en hacer eso dijo papá , creo que valdría los doscientos dólares.
Los ojos de Joseph se agrandaron.
Oh, bueno, yo no sé nada de…

Me parece razonable dijo la doctora Conner apoyando una mano firme en el brazo de su hijo . ¿Por qué no arreglamos para que Joseph esté aquí alrededor de las nueve el sábado por la mañ…? Se interrumpió y me miró. Mi Dios, Demi. ¿Te sientes bien? Te has puesto terriblemente pálida. ¿Quieres un poco de agua? ¿Demi? ¿Demi?

PROFESORA INTERROGADA POR CASO DE DROGAS
La policía cree que el allanamiento fue una broma pesada.

KNOX, Michigan. — Oficiales de la policía allanaron ayer, en respuesta a un llamado anónimo, un aula del Colegio Secundario Knox y descubrieron semillas de marihuana cultivadas en un macetero ubicado en una ventana. Fueron sustraídas más de quince plantas.

La profesora, señora Virginia McCracken, afirma haber creído que el macetero sólo contenía geranios. Cuando se le dijo que los geranios en poco se parecen a las plantas de marihuana, la señora McCracken respondió que no tenía manera de saberlo porque nunca había logrado que las plantas crecieran.

La señora McCracken fue dejada libre de culpa y cargo. La policía dice que las semillas de marihuana tenían un valor comercial de menos de cien dólares.

"No parece que estemos ante una camarilla envuelta en drogas en un colegio secundario ni nada parecido — manifestó anoche el detective Arthur Kaminsky ante los periodistas —, Esto es pura y exclusivamente la obra de un pícaro. "

Los directivos del Colegio Knox no han hecho comentarios formales, salvo para decir que los maceteros han sido prohibidos en las ventanas de todas las aulas.

— ¿No te encanta la manera en que la señora McCracken simuló no saber cómo es la marihuana? — me preguntó Joseph mientras leía el diario por encima de mi hombro. Alcé la vista hacia sus ojos verdes. — Es probable que la esté fumando desde hace años.

Joseph nunca finge que no es totalmente inocente de andar husmeando o de escuchar disimuladamente o algo por el estilo. Para desgracia mía, yo había terminado por integrar la comisión del Baile de Otoño y ambos asistíamos a una de las aburridas sesiones de Swiss Kriss. Día a día yo respetaba más a la gente popular... Las cosas que soportan son asombrosas.
Doblé el periódico.

— No voy a hablar contigo — contesté en un susurro.

— Acabas de hacerlo — repuso Joseph, molesto —. Además, estás obligada a hablarme. Mañana voy a ir a tu casa. 

jueves, 27 de junio de 2013

Mi Adorable Rebelde capitulo 26



Dispuse los bols y las masitas en una bandeja y entré como una tromba en la sala para agasajar a los invitados.
Gracias Demi dijo Conner Dos.

El doctor Conner tomó su bol y sonrió. Serví a mis padres y luego presente la bandeja a Joseph.

Hola ¿me podría traer un especial de pollo?

Por un instante, tuve una nítida visión en la que yo aplastaba la bandeja de plata de mi bisabuela sobre su cabeza. ¿Acaso eso estropearía la bandeja? ¿El espíritu de mi bisabuela lo entendería?

En lugar de sacrificar la bandeja, decidí servirle el helado a Joseph. Incliné la bandeja y dejé que el bol cayera sobre sus rodillas.

Epa… exclamó él, tomándolo justo a tiempo entre sus manos.
¿Café? pregunté a los doctores Conner con voz jovial.

Ambos asintieron cortésmente, y yo volví a la cocina a buscar las tazas. Estaba tratando de decidir si iba a llevar la cafetera totalmente llena, cuando Joseph apareció en la puerta.

Disculpe dijo pero me gustaría hablar con el gerente. Nuestra camarera, una joven muy torpe, no pasa por nuestra mesa desde hace mucho tiempo, y yo quisiera más helado.
Le dirigí una mirada asesina.

Tu camarera esta fuera de servicio dije en tono cortante. Le puse la cafetera en las manos. Lleva esto.

Como de costumbre, él no pareció notar mi estado de ánimo.
Bueno ¿qué opinas de mis padres? preguntó.

Parecen… muy buenos dije, un poco asombrada. ¿Es que no se avergonzaba de sus padres, como todas las personas normales? Aunque no debía estar tan avergonzado, sí iba por ahí en busca de una opinión sobre ellos.

La mayor parte de la gente se siente nerviosa con ellos comentó en tono indiferente.

No sé por qué dije con aire altivo, y deje caer unas cucharitas en la bandeja.

Porqué ambos son dermatólogos explicó Joseph . Mis amigos siempre piensan que mis padres se dedican a encontrar granos en la cara y esas cosas.

Estudié a Joseph de reojo. ¿Eso significaba que sus amigos, sin ninguna necesidad, se preocupaban por que los doctores Conner iban a evaluar su piel? ¿O significaba que sus padres de veras criticaban el cutis de sus amigos?

Joseph sonrió y se acercó a mí.
No te preocupes susurró . Mañana te diré si necesitas una consulta o algo por el estilo.

¡Sal del paso! ladré. Pase junto a él y me dirigí a la sala.
Bueno estaba diciendo papá les pedí que vinieran porque tenemos que hablar de la señora McCracken.

¿La profesora de literatura que trafica con droga? preguntó Conner Dos para mayor claridad, mientras yo le servia el café.

Bueno, que cultiva droga la corrigió papá Y vea usted que interesante, le dijo a la policía que fue Joseph quien le dio las semillas de marihuana.

Me senté junto a mi madre y observé a los Conner. Parecían estar muy nerviosos. Probablemente habían tenido millones de reuniones como esta desde que su hijo vino al mundo. Todos miramos a Joseph.

¿Esas semillas? Preguntó él con inocencia Pensé que eran semillas de geranio.

Estoy seguro de que fue así dijo mi padre en tono bondadoso.
La señora McCracken adora los geranios agregó Joseph con una sonrisa de orgullo.

Bueno, fue muy generoso de tu parte darle las semillas. Papá hizo una pausa para revolver su café. Pero además está ese pequeño detalle de la llamada anónima que recibió la policía.

Pensé que a Conner Dos se le iban a salir los ojos de las órbitas, tan exasperada se le veía.

Joseph, por Dios… 

Mi Adorable Rebelde capitulo 25




Lo que hay detrás de todo esto es…bueno complicado. Porque a pesar de lo que ella creía, es un hecho que la señora McCracken cultivaba marihuana Hizo una pausa para comer unas arvejas. 

En terreno propiedad del colegio, lo cual agravaría el cargo de tenencia de marihuana.
¿Hay alguna posibilidad de que ustedes puedan retirar los cargos? pregunto mi padre con tono sobrio.

Bueno dijo el detective Marcus mientras mojaba un trozo de pan en la salsa en realidad vinimos aquí para ver si los directivos del colegio están dispuestos a no entablar un pleito y pagar una multa.
¿De cuánto es la multa?
El detective Marcus carraspeó.
Doscientos dólares.

Mi padre suspiró, tamborileando los dedos sobre la mesa.
Se que no suena bien se apresuró a decir el detective Kaminsky pero no podemos limitarnos a fingir que no hemos encontrado marihuana cultivada en una propiedad escolar.
Mi padre se mordió los labios con expresión irónica.
Supongo que no dijo.

¿Puedo preguntarles como llegaron a investigar el macetero de la señora McCracken?

Recibimos una llamada anónima contestó el detective Marcus con la boca llena de arvejas. El detective Marcus es de esas personas que a mamá le encanta tener como invitado porque se sirve tres porciones de cada cosa.
Papá hizo a un lado su plato sin tocar

Tengo una última pregunta dijo ¿La señora McCracken recuerda quién le dio las semillas?

El detective Kaminsky hizo un gesto de asentimiento.
Oh si señor sacó una libreta del bolsillo y la abrió Un chico llamado Joseph Conner.
Estamos investigando esa información.
Después de haberse marchado los detectives, mi padre se encerró en su estudio durante unos minutos. Luego volvió a la cocina, donde mamá y yo lavábamos los platos, y dijo:

Joseph Conner y sus padres van a venir a tomar café con postre dentro de treinta minutos.

Estupendo aprobó mamá con calma.
¿Estupendo? repetí incrédula.
¿Cuál es el problema Demi? Preguntó mamá Tenemos helado casero y justo hoy compré unas masitas en la panadería.

No me refiero al postre, mamá gemí yo . En primer lugar, ¿Por qué tienen que venir aquí los Conner? ¿Por qué no piden turno para una entrevista, como hace la gente normal?

Lo sugerí dijo papá , pero ambos son dermatólogos con consultorios llenos de gente y…

¿Pero café con postre? pregunté . Este no es exactamente un acontecimiento social.

Cerré los ojos. Me sentí como el adivino de Edipo rey (que leímos en el colegio el año pasado), que predice la fatalidad mientras nadie escucha.

Querida, ¿puedes sacar el juego de café? pidió mamá. Se volvió hacia mi padre Martín, ¿por qué no vas a ver si las chicas están haciendo su tarea para el colegio?

Mientras ayudaba a mamá a poner las tazas de café y los bols para el helado sobre la mesada, pensé que quizá no fuera tan horrible que los Conner vinieran a casa. 

Después de todo, razoné, Joseph había visto a mi familia en todo su esplendor. Yo sólo había observado la suya desde la ventana.

 Pero ahora, con un poco de suerte, vería a los padres de Joseph llenarlo de vergüenza. Después de todo, ¿quién no estaba secretamente avergonzado de sus padres?

Acababa de sacar la vajilla cuando sonó el timbre. Dejé todo y fui al vestíbulo. Papá estaba dando la mano a los padres de Joseph.
Y esta es mi hija Demi me presentó.

Estreché la mano del doctor Conner. Era alto, con abundante pelo gris y curtida piel de color rojo. Me pregunte si yo tendría como dermatólogo a alguien con una piel como esa.

Mamá Conner (llamémosla Conner Dos) se parecía más a Joseph, con su piel suave y olivácea, las mismas pestañas largas. Sin embargo tenía pelo oscuro, y el de Joseph era castaño claro.

Hola, Demi dijo con afabilidad . Estábamos deseando conocerte.
Es un placer dijo el doctor Conner con voz profunda.

Eran de una cortesía decepcionante. Me pregunté cómo esas dos personas normales habían criado a Joseph.

Hola mi nombre es Joseph dijo Joseph, y extendió la mano.
Yo puse los ojos en blanco. Por suerte, mamá me llamó y salí corriendo hacia la cocina mientras papá hacía pasar a todos a la sala.

Ya saqué el helado dijo mamá . Tengo que ir a la sala para estar con los invitados. ¿Podrías servir tú? Ah, y pregunta también quién quiere café.


Se deslizó fuera de la cocina. Yo suspiré. Ahora tenía que ser la mucama de la familia. Por no decir la mucama de Joseph Conner. Maravilloso.