Yo estaba parada justo al lado de ella cuando Miley
me vio.
— ¡Hey, Demi! ¡Vamos fuera! ¡Woohhoo! ¡Noche de
chicas!
Selena puso
los ojos en blanco.
Miley
abrió la puerta azul que conducía hacia el aparcamiento lleno, sonriendo de
oreja a oreja.
—Ustedes son las mejores. Realmente, las mejores. No
sé que haría sin ustedes.
—Llorar en tu almohada toda la noche—dijo Selena.
—Pensar que tus otras amigas son realmente las
mejores —aconsejé, devolviéndole la sonrisa.
No había una jodida forma de que Joseph
me arrastrara hacia abajo. ¡De ninguna manera!¡ Esta era la noche de chicas! Y
no me la iba a perder por ningún jodido idiota como él.
— ¿No olvidaste el helado prometido, no, Miley?
—Lo recuerdo. ¡Torbellino de chocolate!
Cruzamos el estacionamiento abarrotado y subimos a
mi coche. Instantáneamente, Miley
se envolvió en la vieja manta. Selena,
temblando visiblemente, la fulminó con la mirada con envidia cuando se puso el
cinturón de seguridad. Con una rápida pisada al acelerador, reducimos al lote
de estudiantes de la carretera y con exceso de velocidad nos alejamos de
Hamilton High, como prisioneros corriendo de sus celdas, que era una especie de
lo que éramos.
—No puedo creer que no estés nominada a reina de la
fiesta esta vez, Selena —dijo Miley en el asiento trasero—. Estoba segura
de que lo serías.
—Nah. Me votaron como reina de la fiesta del futbol.
Hay una regla sobre la gente que gana más de una vez el mismo año. No puede ser
nominado otra vez. Van a ser o Vikki
o Angela, estoy segura.
— ¿Crees que se pelearán si alguna gana? —Miley
sonó preocupada.
—Lo dudo —dijo Selena—. A Angela no le importa nada esa clase de
mierda. Vikki es
más competitiva… realmente, tenía ganas de ver un drama esta noche. ¿Te dije
que Vikki estaba
pensando en Joseph Jonas, también?
—¡No! —dijimos Miley y yo al unísono.
—Sip —dijo Selena, asintiendo—. Supongo que está
intentando poner a su novio celoso. Ella afirma que lo engañó después de una
fiesta recientemente (supongo que su novio aún no lo sabe) y está pensando en
hacerlo de nuevo. Dijo que fue increíble.
—¿Él se acostó con ella? —jadeó Miley.
—Él se acuesta con todo el mundo —dije, girando el
coche en la calle 5—. Si tienes una vagina, él te la va a meter.
— ¡Ehh, Demi! —Gritó Miley—. No digas la… la
palabra con V.
—Vagina, vagina, vagina —dijo Selena,
categóricamente—. Supéralo,
Miley. Tienes una. Puedes llamarla como es.
Las mejillas de Miley se volvieron del color del tomate.
—No hay ninguna razón para hablar de ello. Es vulgar
y… personal.
Selena
la ignoró y me dijo: —Puede ser futbolista, pero es malditamente sexy. Incluso
tú lo admites, D. Apuesto a que es increíble besando. Quiero decir,
lo hiciste con él. ¿Fue increíble? ¿Se puede culpar a Vikki
por querer acostarse con él?
— ¿Lo hiciste con Joseph? —Graznó Miley,
asfixiada en su propia emoción—. ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué no me lo dijiste?
Casey me lanzó una mirada.
—Está avergonzada —explicó Selena—.
Apuesto a que volaba por besarlo.
—No volé —dije.
— ¿Era bueno besando? —Preguntó Miley—.
¡Dímelo, dímelo, dímelo! Quiero saberlo.
—Sí, debes saberlo. Era bueno. Pero eso no le hace
menos desagradable.
—Pero —intervino Selena— con tu experiencia,
responde a mi última pregunta. ¿Se puede culpar a Vikki de
querer estar con él?
—No se puede —cambié mi señal de giro—. Ella se
culpará a sí misma cuando contraiga alguna enfermedad venérea o cuando su novio
se entere. Lo que ocurra primero.
—Y eso es exactamente por lo que quería ir a bailar —siseó
Selena—.
Podríamos haber sido testigos de primera mano. Como nuestro propio episodio de
Gossip Girl de Hamilton. El novio de Vikki podría enfadarse y tratar de
vengarse de su novia que se ha enrollado con el chico más caliente de la
escuela, y Demi, ocultando su amor por Joseph,
se habría desanimado y lo odiaría, mientras suspira por su súper sexy y
caliente beso de nuevo.
Mi mandíbula se abrió.
—No podría suspirar por nada de eso.
Miley soltó
un bufido de risa desde el asiento trasero, tirando de su cola de caballo hacia
delante de la boca para ocultar su sonrisa cuando fruncí el ceño por el
retrovisor.
—Oh, bueno —siseó Selena—. Estoy segura de que oiremos todo
sobre el drama el lunes.
—O mañana si la historia es suficientemente buena
—dijo Miley.
—Angela
y Jeanine nunca guardan los cotilleos para sí
mismas. Si se vuelven locos, ya sabes que van a llamarnos y a decirnos lo que
nos perdimos. Estoy segura de que lo harán —sonrió—. Espero que nos den muchos
detalles. No puedo creer que me esté perdiendo mi última fiesta.
—Al menos no te la estás perdiendo sola, Miley.
Unos segundos después de entrar en Halbrook Lane,
giré en la entrada de los Gaithers. Tirando de las llaves del encendido, dije:
—La noche de chicas comienza oficialmente.
—¡Woohooo! —Miley saltó fuera del sillón trasero y
prácticamente bailó en frente de su porche. Empujó la puerta y Selena y
yo la seguimos dentro, sacudiendo las cabezas con diversión. Me quité la
chaqueta y la colgué en el gancho justo detrás de la puerta… tú sabes. Sus
padres eran súper exigentes con el orden.
Selena hizo
lo mismo.
—Quiero que mi mamá puede mantener una casa tan bien
o que contrate una criada o lo que sea. Nuestra casa parece una pocilga —dijo.
La mía no parecía tan genial
tampoco. Mi mamá nunca había sido un monstruo de la limpieza, y papá sólo creía
en la limpieza una vez al año, durante la primavera.
Además de la colada, los
platos y
el trabajo ocasional del polvo (por lo general, mío) no había que hacer muchas
tareas en la casa de los Lovato.
— ¿A qué hora van a llegar tus padres, Miley?
—pregunté.
—Mamá llega a casa a las cinco y media y papá debe
llegar un poco después de las seis — nos estaba esperando al pie de las
escaleras, preparada para correr a la habitación tan pronto como nos uniéramos
a ella—. Papá comenzó a ver un nuevo paciente hoy, por lo que debe tardar un
poco más.
El señor Gaither era terapeuta. Más de una vez, Selena
ha amenazado con preguntarle si me aceptaba gratis como paciente, ver si tenía
un rato para ayudar a mis “problemas”. No es que yo tuviera problemas, pero Selena
me decía que mi cinismo era el resultado de algún tipo de conflicto interno. Yo
le decía que sólo estaba siendo inteligente. Y Miley, bueno, Miley no decía nada. Incluso
aunque sólo le había hablado una vez en broma, siempre se sentía un poco
incómoda cuando surgía el tema. Con todas las psico-escuchas de su padre,
probablemente pensaría que mi negatividad constante era parte de una lucha
interna. Miley odiaba la negatividad. La odiaba tanto, de hecho,
que nunca decía que la odiaba. Eso podría ser demasiado negativo.
— ¡Deprisa, deprisa! ¿Están listas o qué?
—Que comience la fiesta —gritó Selena,
corriendo detrás de Miley y subiendo las escaleras.
Miley parecía una maníaca cuando trataba de alcanzar a Selena, pero yo me quedé atrás, subiendo las escaleras a un ritmo regular. Una vez llegué, pude oír a mis
amigas riendo al final de la habitación, pero no seguí sus voces. Otra cosa que
me llamó la atención en primer lugar. La puerta de la primera habitación, una
de las de la izquierda, estaba abierta de par en par.
Mi cabeza me decía que
pasara a la derecha, pero mis pies no estaban escuchando. Me quedé en la puerta
abierta, dispuesta a mirar hacia otro lado. Mi cuerpo tampoco quería cooperar.
La cama estaba perfectamente hecha, en azul marino, confortable. Posters de
súper héroes cubrían cada centímetro de la pared. Oscuridad sobre la cabecera.
La habitación estaba exactamente como la recordaba, sólo que no había ropa
sucia en el suelo. El armario abierto parecía vacío, y el calendario de
Spiderman, que solía colgarse sobre el ordenador, se había caído. Pero la
habitación todavía parecía cálida, como si él todavía estuviera allí. Como si
todavía tuviera catorce años.
—Sterling, no lo entiendo, ¿quién es esa chica?
—Nadie, no te preocupes por eso. Ella no significa
nada para mí.
—Pero…
—Shhh. No es gran cosa.
—Yo te quiero, no me mientas, ¿de acuerdo?
—Yo no lo haría.
— ¿Lo prometes?
—Por supuesto. ¿Realmente te habría herido, De…?
— ¡Demi!
¿Dónde diablos has ido?